Aunque ya las
practicaban hace miles
de años los aborígenes
australianos, las
transfusiones de sangre
llegaron al mundo
"civilizado" en 1667 de
la mano de Juan Bautista
Denys, quien trasvasó
sangre de cordero a un
adolescente para
sustituir la que le
había extraído mediante
una sangría. Durante la
guerra franco-prusiana
de 1870, este método
salvó muchas vidas, pero
también hizo patente un
gran problema, el de la
coagulación. En 1909, el
austríaco Karl
Landsteiner, descubrió
que existían distintos
tipos de sangre no
siempre compatibles y
estableció las bases
para una transfusión
segura. En el siglo XIX,
se hacían directamente
de donante a receptor.
Hoy, para evitar
enfermedades como el
sida, la sangre se
analiza antes de
transferirse al
receptor.

A falta de otros
instrumentos de
medición, el
físico-químico Henry
Cavendish (1730-1810)
medía la potencia de las
corrientes eléctricas de
forma directa,
calculando el dolor que
le producían. A pesar de
ello, vivió hasta los 80
años.

El eminente bacteriólogo
Robert Koch había
recibido muchísimos
castigos escolares por
la falta de interés en
sus estudios. El maestro
le repetía
constantemente que debía
enmendar su actitud y
acabó castigándolo a
redactar una composición
sobre el tema: ¿Qué es
la pereza? El trabajo
tenía tres páginas: La
primera ponía: "Ésto",
la segunda: "es", y la
última: "pereza".

Los remedios de los
médicos ingleses de los
siglos XVI y XVII eran
de los más curiosos e
increíbles. Para el
dolor de cabeza, lo
mejor era tapársela con
la ropa de un ahorcado;
para el reumatismo,
llevar la piel de un
burro y para el dolor de
oído, un emplasto con
líquido estomacal de
conejo e intestinos de
zorro.

Las óperas chinas del
siglo XVI eran tan
bellas como eternas.
Algunas tenían hasta 55
actos y se alargaban
durante días.

Cuentan que los padres
del poeta irlandés James Joyce estaban
desayunando cuando el
padre, que ojeaba el
periódico, le dijo a su
mujer que el diario
publicaba la esquela
mortuoria de una vieja
amiga suya. "¡No me
digas que se ha
muerto!", exclamó la
mujer afligida. "No sé
si habrá muerto, pero el
caso es que la han
enterrado".

Una pulga salta más de
350 veces su altura. Es
como si una persona
saltara la longitud de
un campo de fútbol de un
solo bote.

El fakir hindú Mastram
Bapu (Padre Contento)
estuvo sin moverse en el
mismo punto de una
cuneta, en la aldea
india de Chira durante
la friolera de 22 años,
entre 1960 y 1982.

El modismo "Estar al
quite", que se refiere a
quien está preparado
para acudir en defensa
de otro, tiene su origen
en la jerga taurina,
donde el quite es la
suerte que ejecuta un
torero, generalmente con
capote, para librar a
otro de la acometida del
toro. En esgrima,
también se llama quite
al movimiento defensivo
que se hace con la
espada para librarse del
arma del contrario.

La Central-Mid-Leveis
Escalators de Hong Kong
es la escalera eléctrica
más larga del mundo. Se
compone de 20 escaleras
individuales y mide 80
metros, por lo que juega
un papel clave en el
transporte de la ciudad
ya que, además de estar
cubierta, tiene una
entrada y una salida por
cada calle que cruza.
Vamos, que es una
especie de metro por la
que se mueven 55.000
personas cada día. Su
uso es gratuito.
La primera silueta de un
toro bravo como anuncio
del famoso brandy Osborne se puso en
Cabanilla de la Sierra,
en la carretera que va
de Burgos a Madrid. Al
principio eran de cartón
pero se deterioraban
enseguida por lo que a
partir de 1961 empezaron
a diseñarlas de metal y
a distribuirlas por toda
la geografía española.

Especialistas del
departamento de
nanotecnología de la
Universidad de Haifa, al
norte de Israel, han
logrado comprimir las
300.000 palabras del
Antiguo Testamento en un
microlibro de 0,5
milímetros cuadrados,
batiendo así el Guinness
de la biblia más
reducida del mundo. Es
tan pequeña como un
alfiler.

El sultán otomano
Abdülaziz (1830-76) era
un hombre de escasa
cultura. Tanto es así
que cuentan que, en
pleno debate para
iluminar Estambul, le
explicaron que
necesitarían instalar
una dinamo. "¡Una
dinamo! -replicó
indignado-. De eso nada.
Eso es una dinamita muy
grande ¡Y no se
instalará nunca en
Estambul".

El colmo de los ladrones
lo protagonizó en Gales
un "caco" de 22 años que
entró en una vivienda a
robar y, viendo que no
podía con todo lo que
quería agenciarse,
¡llamó a un taxi desde
la casa de la víctima
para llevarse lo robado!

En el estado
norteamericano de
Virginia te pueden
condenar a pagar una
multa de 250 dólares por
decorar un tráiler con
un par de testículos de
goma. Dicen que es un
problema de seguridad
porque distrae a otros
conductores.

El castigo por adulterio
en la antigua Roma era
la amputación de la
nariz.

Cuando Pío Baroja llegó
a Madrid quiso conocer a
Benito Pérez Galdós, por
lo que se apostó en la
calle del Ateneo
esperando su llegada. Lo
vio salir de una
portería vecina y,
cuando se iba a
presentar, vio tras él
una portera que le
gritaba: "¡Viejo
cochino! ¡Eso es lo que
es usted, un viejo
cochino!" Baroja creyó
que lo mejor era dejar
las presentaciones para
otro día.

El primer virus
informático surgió en
las Navidades de 1982,
cuando le regalaron un
ordenador Apple II a
Rich Skrenta y se le
ocurrió gastar una broma
a sus amigos incluyendo
ficheros en copias
piratas de juegos.
Cuando éstos los
introducían en sus
ordenadores, provocaban
saltos en el sistema que
destruían otros
ficheros.

El adictivo juego
electrónico Tetris
surgió en 1985 del
aburrimiento acumulado
durante la jornada
laboral de un genio de
la informática, el ruso
Alexey Pajitnov. Se
inspiró en el pentaminós,
un antiguo rompecabezas
de origen árabe formado
por piezas integradas de
cinco cuadrados, y de él
surgió uno de los juegos
de ordenador más
adictivos del mercado.

Un equipo de
artificieros suecos se
desplazó hasta el garaje
de un edificio de la
ciudad de Goteborg para
desactivar un paquete
que se movía
sospechosamente. Los
especialistas antibombas
acordonaron la zona,
abrieron la bolsa muy
despacio y se
encontraron ¡un
vibrador!
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