Dramaturgo,
novelista,
poeta
y
ensayista.
Nacido
en
Córdoba
en
1936.
Su nombre de pila fue
Antonio Ángel Custodio
Sergio Alejandro María
de los Dolores Reina de
los Mártires de la
Santísima Trinidad y de
Todos los Santos. Su
lugar y año de
nacimiento se citan de
forma diferente en las
fuentes bibliográficas.
Su infancia la pasó en
Córdoba y allí escribió
sus primeras obras,
dando a los catorce años
una conferencia en el
Círculo de la Amistad.
Lector precoz de Rainer
Maria Rilke, Garcilaso,
San Juan de la Cruz y
otros autores, estudió
desde la temprana edad
de 15 años la carrera de
Derecho en la
Universidad de Sevilla
y, como alumno libre,
Filosofía y Letras,
Ciencias Políticas y
Económicas en la
Universidad de Madrid,
obteniendo licenciaturas
en todas ellas.
Al acabar sus estudios
universitarios, inició
la preparación de
oposiciones al Cuerpo de
Abogados del Estado,
abandonándolo en un
gesto que él recuerda
como de rebeldía ante
las presiones de su
padre, para ingresar
después en los Cartujos.
Pero la rígida
disciplina monástica no
estaba hecha para él, y,
como cuenta en su
autobiografía, Ahora
hablaré de mí
(2000), fue expulsado de
la orden.
Se mudó entonces a
Portugal, donde llevó
una vida bohemia. En
1959 comenzó a impartir
clases de Filosofía e
Historia del Arte y
recibió un accésit del
Premio Adonáis de poesía
por su obra Enemigo
íntimo, empezando
una exitosa carrera
teatral y periodística,
que le posibilitó desde
1963 vivir sólo de la
escritura.
A mediados de 1962 se
marchó a Italia,
instalándose en
Florencia, donde
permaneció casi un año.
En este tiempo publicó
en la revista mensual
Cuadernos
hispanoamericanos poemas
de su libro La
deshora.
A principios de la
década de los setenta,
una grave enfermedad lo
llevó al borde de la
muerte y durante la
convalecencia empezó a
utilizar su complemento
más característico: el
bastón, objeto del que
ha reunido ya una gran
colección.
Se hicieron célebres sus
artículos de prensa
publicados en el
suplemento dominical de
El País: «Charlas con
Troylo», «A los
herederos», «A quien
conmigo va», etcétera;
todos estos artículos
han sido después
recopilados en libros.
Convertido ya en un
personaje altamente
popular de la literatura
española, comenzó a
escribir novelas en los
años noventa,
iniciándose con El
manuscrito carmesí,
que ganó el Premio
Planeta en 1990.
Actualmente, su
colaboración en prensa
se reduce a artículos de
opinión breves,
publicados con el nombre
de troneras, en el
periódico El Mundo. El
ritmo de creación y
publicación de otras
obras suyas ha
descendido
recientemente, y en
varias ocasiones ha dado
a entender que El
pedestal de las estatuas
puede ser su última
novela.
En su labor destaca
también la faceta de
mecenas: creó la
Fundación Antonio Gala
para Creadores Jóvenes,
dedicada a apoyar y
becar la labor de
artistas jóvenes.
El 14 de diciembre de
2011 Antonio recibió el
Premio Quijote de Honor
2011 a toda una vida que
concede la Asociación
Colegial de Escritores
de España (ACE).
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